Alrededor del año 620, los monjes benedictinos fundaron a orillas Del Río Danubio, en la regional de Baviera, el monasterio de Weltenburg. En ese monasterio alemán que en el año 1050, pasaron a producir la primera cerveza de la region, dando origen a una de las marcas más antiguas y exclusivas del mundo: la Weltenburger Kloster. Con su receta mantenida hasta hoy, sigue siendo apreciada por su calidad superior y su sabor único, como su historia.
Apariencia
Su color pálido carente de brillo, se une a esa turbiedad creando de inmediato una sensación de gran cuerpo, dejándonos apreciar esa viveza yacente en su interior; y su trazo hasta posicionarse en esa corona de espuma gigantesca, de poros tan grandes como ella mism, que estará haciéndonos compañía hasta el último sorbo.
Aromas
No necesitamos tenerla frente para que nos ofresca todo lo que posee. En su lejanía comenzarán a aparecer esos encantadores olores para tentarnos. Notas doradas tan imponentes como el trigo y tan delicadas como el dulzor del mismo y aromas que nos gusta clasificar solo como “marrones o a campo” demarcan con claridad ese primer plano. Dejando en un nivel más bajo aromas menos complejos como la cebada y la levadura.
Sabores
Sus notas dulzonas llevan el control durante todo viaje. Apilándose en esos ligeros matices de cereales que le dan complejidad para no hacer de este un sabor vulgar. Rompiendo esa dulzura nos toparemos de frente con una acidez de fermentación que junto a la carencia de amargor y un paso inadvertido de su lúpulo mantendrá un equilibrio total.
Sensación en boca
Su acuoso y carente cuerpo nos servirá como un buen preparativo para la llegada de esa alta carbonacion. Con ese toque de acidez que nos acompañará inclusive luego de manera de regusto. Hará de esta cerveza refrescante en general.
Tipo de cerveza
Trigo
Grado alcoholico
5,4 %
Origen
Alemania